Del 8 al 13 de abril los agustinos hemos tenido unos días de Ejercicios espirituales en nuestro monasterio de La Vid. Nos juntamos 24 religiosos, tres pertenecientes a la comunidad del lugar y el resto venidos de otras comunidades agustinianas de España. Nos dirigió los Ejercicios el P. Fidel Aizpurúa Donazar, capuchino y doctor en Sagrada Escritura, cuyas alocuciones giraron en torno al tema «Volver al Evangelio».
Teníamos dos charlas cada día, una por la mañana y otra por la tarde, en las que iba desgranando su propuesta temática: volver de nuevo a la esencia del Evangelio, la relación entre los hombres y con Dios más allá de dogmas, normas y ritos religiosos, que son importantes pero relativos, supeditados a las ideas que Jesús nos propone de fraternidad, de compasión, de paz, de perdón, de mansedumbre… los valores evangélicos, que es lo principal. Cada motivación, trufada de anécdotas y reflexiones vitales, duraba sólo 30 minutos. Le escuchábamos hechizados. Nos hacía mirar lo evidente, que precisamente por eso no solemos mirar. Junto con las charlas nos dirigía las oraciones de laudes, vísperas y eucaristía, siempre con una pequeña meditación y con cantos cotidianos.
Los Ejercicios son ocasión propicia para la convivencia y conocimiento entre nosotros, nos alegran en la fe común. Son igualmente buen momento para reposar de nuestro trajín habitual, a veces hacia ninguna parte. Y también para estirar los ojos paseando demoradamente por la finca del monasterio, un paisaje suavemente ondulado, verdeado por montes y cultivos, circundado por el rumor del Duero. Incluso hicimos una pequeña pausa espiritual para una visita guiada al monasterio y la biblioteca. Tener Ejercicios cada año no es una obligación, es una suerte.
P. Tomás Marcos
